Publireportaje
Reseña: Bob Dylan - The Cutting Edge 1965-1966: The Bootleg Series Vol. 12 (Deluxe Edition) por Jeff Burgerhttp://www.themortonreport.com/entertainment/album-review-bob-dylan-the-cutting-edge-1965-1966-the-bootleg-series-vol-12-deluxe-edition/La colección de Bootleg Series de Bob Dylan (el
outlet de Dylan que comercializa versiones alternativas, descartes, interpretaciones raras en directo y canciones nunca antes escuchadas) nos ha brindado fantásticas entregas musicales desde sus inicios en 1991. Sólo en los dos últimos años se han editado los volúmenes Another Selfportrait y The Basement Tapes Complete, y ambos han sido grandes revelaciones. Aún así ninguno de los 11 lanzamientos previos eclipsa esta nueva entrega de la colección: “The Cutting Edge 1965-1966, The Booteg Series, Vol 12”, la cual nos adentra en las sesiones de grabación que confeccionaron “Bringing It All Back Home”, “Highway 61 Revisited” y “Blonde On Blonde”.
El propóstito de “The Cutting Edge”, según el libro de 120 páginas incluído en la publicación, “es ilustrar lo que sucede en el estudio en el proceso de creación de un disco. Lógicamente no intenta ser una colección de brillantes grabaciones. Lo aquí se presenta es el sonido escuchado en la cabina de control de los estudios CBS al finalizar la jornada.”
La colección incluye cuantiosas tomas falsas, comentarios de los productores y del propio Dylan, lo que contribuye a que el oyente parezca encontrarse en el lugar de grabación. Y en ese lugar han estado muy pocos: la gran mayoría del material no ha estado disponible hasta ahora, aunque los productores de esta colección han incluido varias grabaciones publicadas anteriormente con el fin de “representar mejor la creatividad de Dylan durante ese periodo”.
Menudo periodo. “Bringing It All Back Home”, “Highway 61 Revisited” y “Blonde On Blonde” son amplia y justificadamente considerados no sólo como los tres mejores álbumes de Bob Dylan, sino como tres de los grandes discos de la historia del rock. Y Bob Dylan los grabó en sólo catorce meses, desde inicios de 1965 hasta Febrero del siguiente año.
Escuchando muchas colecciones de descartes, entiendes por qué esas grabaciones no han entrado en el disco: son simplemente inferiores a las publicadas. Esto también es así en algunos cortes de este volumen. Pero muchos otros son tan buenos como los que Dylan finalmente decidió publicar de forma diferente por motivos intrigantes. Incluso las interpretaciones que no llegan a la altura de los cortes publicados fascinarán a cualquiera que quiera profundizar en el proceso que utiliza Dylan para desarrollar su material.
El primer disco de esta caja se centra en las sesiones producidas por Tom Wilson para Bringing It All Back Home, una brillante mezcla de rock y folk acústico que Dylan grabó en tres asombrosos días. Le escuchamos arrastrar los textos hasta conseguir el efecto correcto en las múltiples versiones de clásicos como “Love Minus Zero/No Limit”, “She Belongs to Me”, “Subterranean Homesick Blues” y “Bob Dylan’s 115th Dream”. También encontramos la tierna “I’ll Keep It With Mine”, la socarrona “If You Gotta Go, Go Now”, y la oscura “You Don’t have to Do That”, ninguna de ellas incluida en el LP.
El segundo disco se abre con más tomas de Bringing It All Back Home: “California” una canción no publicada previamente en la cual hallamos un verso de “Outlaw Blues”; la primera toma de “It’s Alright, Ma (I’m only Bleeding)”; y dos irresistibles versiones de “Mr. Tambourine Man”, una de ellas grabada con batería y guitarra eléctrica. (Lo que aquí no aparece es también interesante: no existen versiones alternativas de “Gates of Eden” y “Maggie’s Farm”, aparentemente por una simple razón: Dylan clavó estos clásicos en la primera toma.)
Luego llegamos a las sesiones producidas por Bob Johnston para Highway 61 Revisited, en las cuales encontramos a Dylan dando un paso adelante hacia el rock a la vez que reinventa el género. Hay numerosas interpretaciones bluseras, joyas como “It Takes a Lot to Laugh, It Takes a Train to Cry”, “Tombstone Blues” y “From a Buick 6”, además de una lectura eléctrica de la proeza poética que es “Desolation Row”. También incluye diversas tomas alternativas de sencillos no incluidos en el álbum como “Positively Fourth Street”, que acertadamente combina el tintineo de “Mr. Tambourine Man” con el veneno de “Like a Rolling Stone” y la cual, como se apunta en el libro, es uno de los pocos éxitos de la era del rock que evita la estructura convencional de estrofa-estribillo.
Los compiladores del material dedican todo el tercer disco al proceso de creación de “Like a Rolling Stone”, probablemente la canción más célebre de Dylan y con la que consiguió trasladar su trabajo a las masas (si existe un CD de rock más fascinante que este, no sé cual puede ser). La canción empieza como algo cercano a un vals con Dylan al piano, evoluciona a través de 19 tomas más, ensayos, tomas falsas y equivocaciones… hasta que artista y productor se percatan que ya han conseguido lo deseado en la cuarta tentativa, la toma en la que Al Kooper por primera vez se lanza con el órgano, no con la guitarra con la que soñaba tocar cuando llegó al estudio. (No os perdáis el relato de Kooper, incluido en el libreto, explicando cómo sucedió todo.)
El cuarto disco continúa con las sesiones de “Highway 61 Revisited” producidas por Bob Johnston. Hay versiones del corte que da título al álbum, también de “Just Like Tom Thumb’s Blues”, “Queen Jane Approximately” y “Ballad of a Thin Man”, además de grabaciones con The Hawks (alias The Band) de “I Wanna Be Your Lover”, “Can You Please Crawl Out Your Window?” y un instrumental que carece de título. Al finalizar el disco, escuchamos el primer material destinado a Blonde on Blonde: “Visions of Johanna” grabada en Nueva York con The Hawks.
Los dos últimos discos están completamente dedicados a ese monumental disco que armoniza folk, rock, blues y country con textos surrealistas e increíblemente imaginativos que te harán comprender por qué en “From a Buick 6” (de Highway 61) escuchamos a Dylan cantar: “Necesito un camión de basura para descargar mi cabeza”. Hay más interpretaciones junto a The Hawks de “Visions of Johanna” además de “She’s Your Lover Now” y “One of Us Must Know (Sooner or Later)”, el único corte de New York con The Hawks que fue publicado oficialmente en el álbum. De las siguientes sesiones de en Nashville aparecen grabaciones de “Fourth Time Around”, “Leopard-Skin Pill-Box Hat”, “Stuck Inside of Mobile with the Memphis Blues Again”, “Absolutely Sweet Marie”, “Just Like a Woman”, “Pledging My Time”, “Most Likely You’ll Go Your Way (And I’ll Go Mine)”, “Temporary Like Achilles”, “Obviosly 5 Believers”, “I Want You” y “Sad Eyed Lady of the Lowlands”. Algunas de ellas, como una acelerada versión de “Just Like a Woman”, con arreglos radicalmente diferentes a los que estamos familiarizados. Si, como yo, podéis pasar toda la noche comparando los textos de las versiones originales con las letras de estas grabaciones alternativas, quedaréis cautivados por las abundantes variaciones que existen.
Aunque esta música todavía suene con la misma excelencia como lo hizo cuando fue grabada hace medio siglo, debes tener una cierta edad para apreciar lo revolucionaria que fue en su tiempo. Hoy la influencia de Dylan está en todas partes, pero cuando creó estas canciones transitaba por terrenos inexplorados. Los cinco principales éxitos de 1964 fueron “There! I’ve Said It Again” de Bobby Vinton, “I Want to Hold Your Hand”, “She Loves You” y “Can’t Buy Me Love” de The Beatles y “Hello, Dolly” de Louis Armstrong. En 1965 la lista incluía “Downtown” de Petula Clark, “You’ve Lost That Lovin’ Feelin’” de los Righteous Brothers, “This Diamond Ring” de Gary Lewis, “My Girl” de The Temptations y “Eight Days a Week” de The Beatles. Hay algo de buena música en estas listas, pero nada que parezca proceder del mismo planeta que, por ejemplo, “Desolation Row”, “Visions of Johanna” o los populares sencillos “Like a Rolling Stone” y “Positively 4th Street”.
Para el aficionado esporádico a Dylan (¿existe tal cosa?), la discográfica ofrece una edición de dos discos, titulada “Best of the Cutting Edge”. Para fanáticos existe una versión de coleccionista (limitada a 5000 copias), 18 CD valorados en 599$, en los cuales se recogen 379 cortes que contienen hasta la última nota grabada en estas sesiones, además de nueve sencillos originales de 45 rpm con sonido mono, grabaciones raras en habitaciones de hotel y otras delicias. Para el resto de nosotros han publicado esta caja de seis discos que contiene 111 cortes, en la que se incluye el ya mencionado libro además de más de siete horas de música creada durante las más asombrosas e influyentes sesiones de grabación de la historia del rock and roll.